La hermosa ciudad de Seattle se encuentra bañada por el océano Pacífico en el estrecho de Puget, al Noroeste de los Estados Unidos. Está rodeada de agua, montañas, bosques y miles de parques por todos sus rincones, y es la urbe más grande del estado  norteamericano de Washington. Cuenta además con una importante industria tecnológica, como es el caso de las famosas compañías Microsoft y Amazon que están ubicadas en su área metropolitana, así como con la torre futurísta Space Needle que es un vestigio de la Feria Mundial de 1962, y que constituye su monumento más representativo.

Sin embargo, Seattle también es famosa para muchos por ser la tierra natal de la música «grunge», más conocida como el “sonido de Seattle”, con multitud de bandas que impulsaron ese movimiento a comienzos de 1990, tales como Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, Alice in Chains… sin olvidarnos de la famosa banda de Rock & Roll Heart de las hermanas Ann y Nancy Wilson con más de 30 años de carrera y original de esta ciudad. Y, por si todo esto fuera poco, solo recordar que este lugar es también la cuna  fue donde nacieron el famoso guitarrista Jimi Hendrix y Duff Mc Kagan,  integrante de la banda Guns N´Roses.

Pero además de todo esto  que se ha mencionado hay que recordar que Seattle es también conocida por la gran cantidad de café que aquí se consume, ya que fue aquí donde nacieron compañías tan famosas como Starbucks Café, Seattle’s Best Coffee y Tully’s, entre otras, además de muchos artesanos independientes tostadores de café de mucho prestigio. A finales del siglo XX, la ciudad de Seattle acogió la cumbre de la Organización Mundial del Comercio, desatando muchas protestas y disturbios antiglobalización que fueron conocidas como N30 (por haber tenido lugar el 30 de noviembre de aquel año de 1999) o con el nombre de Batalla de Seattle. 

No obstante, el símbolo de esta ciudad y su mayor atracción es sin lugar a dudas el Space Needle (Aguja Espacial), una torre construida en el año 1962 en el centro de la misma. Fue realizada por Edward E. Carlson e inspirado en la  famosa torre de telecomunicaciones de la ciudad alemana de Stuttgart. Se trata de una estructura de 184 metros de altura y 5.850 toneladas de peso, en el que su diseñador ha colocado el centro de gravedad de la torre en apenas un metro del suelo. Para llegar a la cima hay que tomar un ascensor que tarda tan sólo unos segundos en llegar. Ya en lo alto encontraremos un confortable restaurante giratorio desde donde se puede apreciar algunas de las mejores vistas de esta ciudad. 

Una vez en el centro de Seattle nos encontramos con la bahía de Elliott, o Elliott Bay, que forma parte de Puget Sound,  en el barrio de Cascadia. La ciudad se fundó en la ribera de esta bahía en la década de 1850 y desde entonces ha crecido hasta abarcarla por completo. El pueblo Duwamish fue una tribu amerindia del oeste del estado de Washington que vivió en la bahía de Elliott cuando llegaron los primeros colonos europeos en la década de 1850, y son los habitantes originales de esta ciudad. Con los años se expandió para cubrir toda la costa en esa bahía y la codificó como una de sus calles navegable. Este lugar se conoció como bahía Duwamish y puerto de Seattle a partir de 1895.

 La vía navegable que proporciona al océano Pacífico ha servido como un elemento más para la clave de su economía, permitiendo que Seattle se convierta en uno de los lugares más activos de los Estados Unidos. Cuenta también con el popular mercado de Pike Place que es público y se asienta junto a su bahía desde hace más de un siglo. Se trata de uno de los más antiguos mercados del país, y ofrece todo tipo de productos gastronómicos, además de pequeños artículos de artesanía, donde también podremos tomar un buen café, o disfrutar de una buena sopa de marisco antes de pasar por el callejón de los chicles.

Ya en el centro de la ciudad decir que Pioneer Square es un distrito histórico dedicado al arte, la historia, la cultura y el entretenimiento. Aquí encontraremos un museo del Servicio de Parques, una torre de observación, clubes nocturnos bulliciosos, muchas librerías y  galerías de arte, cafeterías y restaurantes, y un largo etcétera de otros sitios de interés. Los bares de esta popular plaza son también muy concurridos para los amantes de la música en vivo, y cada primer jueves de mes hay un recorrido gratuito por las galerías de arte que comienza entrada la noche.

Y, para aquellos que se  porten un poco mal, solo recordar que en esta plaza se hallan los famosos juzgados de la ciudad, así como la cárcel del condado. Casi cada vez que caminamos por este lugar, podemos ves algo, o a alguien, que parece un poco raro, ya que esta parte de la ciudad también es popular entre las personas sin hogar.

Ya se ha dicho que Seattle respira música por todas partes. Hay grupos tocando en la calle, carteles anunciando conciertos y muchos bares con escenarios donde disfrutar de ese ambiente. Dependiendo de qué grupo te guste puedes hacer tu propia investigación para ver lugares míticos donde tocaron estos músicos legendarios. Desgraciadamente en 2016 el Museo POP de esta ciudad cambio de nombre, ahora es el Museum of Pop Culture. Sin embargo la estructura general del edificio se ha mantenido intacta. La idea original del proyecto se inspira en la guitarra Fender Stratocaster que Jimi Hendrix solía destrozar después de cada concierto. De allí que el diseño de este museo adopte la forma de una guitarra eléctrica.

Su diseñador, el famoso arquitecto Frank Gehry, añadió además un elemento poco habitual en su obra, el uso de colores que fusionado con distintas texturas, simboliza la energía y fluidez de la canción estadounidense. Inspirado en la música Rock and Roll. El azul se debe a las guitarras Fender, el dorado a las Les Paul y el púrpura al tema Purple Haze del famoso guitarrista. Sin embargo Gehry añade también pasajes rojos como tributo a las viejas furgonetas descoloridas que las estrellas de rock solían conducir, como las famosas VW.

 

Texto: Elisabeth Norell Pejner

Fotos: Rafael Calvete Álvarez de Estrada